CRISIS EN UCRANIA: POR
QUÉ MOLDAVIA MIRA CON PREOCUPACIÓN UNA POSIBLE INVASIÓN RUSA
Chile, 29 de enero 2022
Por
redacción de diario EMOL
“La mayor preocupación -de aquella nación
considerada como la más pobre de Europa- es que Rusia active a los cerca de
2.000 soldados que tiene en la república separatista de Transnistria, un
territorio pegado a Ucrania que "de iure" pertenece a Moldavia pero
que es independiente "de facto" desde principios de la década de 1990.
La capital de esa entidad rebelde, Tiraspol, está
situada a unos 100 kilómetros de Odesa y unos 500 de la península ucraniana de
Crimea, anexionada por Rusia desde 2014. Aunque lo consideran poco probable,
uno de los escenarios que manejan los expertos es que Moscú utilice sus tropas
en Transnistria para desestabilizar a Ucrania desde el suroeste.
Una hipotética ofensiva rusa desde Transnistria
podría servir para abrir un corredor que rompa el aislamiento por tierra de
Crimea, explica a EFE, Armand Gosu, doctor en Historia de Rusia por la
Universidad de Moscú y experto en geopolítica del espacio exsoviético. "Si
algo de esto ocurre, y Dios no lo quiera, Ucrania se vería obligada a ocupar
Transnistria", advierte este experto rumano.
A los moldavos no les haría ninguna gracia, pero
no podrían hacer nada para evitarlo", añade. Moldavia carece de un ejército
de garantías que pueda hacer frente a una invasión extranjera, ya sea por parte
de Ucrania o de los soldados rusos estacionados en Transnistria. "Los seis
marines que protegen la embajada estadounidense en Chisinau son los únicos
militares que podrían darle ciertas garantías", dice medio en broma Gosu,
que estima que las fuerzas rusas en Transnistria no tardarían más de dos horas
en ocupar la capital de Moldavia. Gosu acaba de regresar a Bucarest de un viaje
de trabajo a Ucrania y Moldavia. "La gente con la que he hablado tanto en
Tiraspol como en Chisinau esperan que no pase nada y las cosas se queden como
están", cuenta el experto.
Escaso margen de maniobra Al igual que Gosu, el
analista de política internacional moldavo, Iulian Fruntasu ve poco factible
este escenario potencialmente desastroso para Moldavia. Preguntado sobre la
postura de las nuevas autoridades pro-occidentales de Moldavia respecto a
Ucrania, el experto apela al realismo. "Apenas tenemos margen de
maniobra", dice el analista, que fue embajador de su país en Londres.
Recuerda que la flamante Presidenta de Moldavia, la reformista Maia Sandu, ha
expresado en repetidas ocasiones su apoyo a la integridad territorial y la
soberanía de Ucrania.
Pese a que Ucrania esperaría más de un país que
sigue en Transnistria los efectos del intervencionismo ruso, Chisinau
"carece de instrumentos" para influir en el curso de los
acontecimientos en la región. Sandu ha puesto en marcha una ambiciosa agenda de
reformas encaminada a acercar a su país a la Unión Europea (UE), aplaudida por
Gobiernos occidentales y la Comisión Europea y el Fondo Monetario
Internacional, que han premiado su labor con nuevas líneas
de crédito para Moldavia.
Pero la Presidenta sabe que tiene que mantener
una postura conciliadora con Moscú, de la que depende la frágil estabilidad en
el territorio rebelde de Transnistria y la seguridad energética de toda
Moldavia. "Maia Sandu tiene una actitud equilibrada, pro-occidental pero
sin posicionamientos anti-rusos; creo que ha adoptado la actitud
correcta", dice Fruntasu. Temor a las cesiones de Occidente Una de las
posibles salidas a la crisis es un compromiso de Estados Unidos y el resto de
la OTAN con Rusia. Pues, Fruntasu teme que un acuerdo así implique cesiones
occidentales que repercutan negativamente en las aspiraciones de integridad
territorial y acercamiento a Occidente de la mayoría de moldavos.
"Todo entendimiento entre Occidente y Rusia
se hace a costa de los Estados pequeños que están en medio", dice el
analista. Consciente de su insignificancia en el tablero geopolítico, Moldavia
espera que la crisis entre sus vecinos pase sin grandes cataclismos mientras
siga avanzando en el programa anticorrupción y de reactivación económica que
empezó hace meses. "Nuestro juego ha sido siempre esperar a que se abran
ventanas de oportunidad e intentar aprovecharlas cuando lleguen", dice
Fruntasu en medio de una crisis regional de la que Moldavia difícilmente puede
sacar algo positivo.”